Noventa y seis putas botellas 12/06/2021

Hace unos días vi como quemaban la basura que había sacado de mi cuarto. Era una bolsa de plástico, llena de latas, empaques, tetrapacks y otras cosas. Al parecer esto es algo común en la ciudad de Kara. Hasta donde yo se, aquí no hay un sistema de recolección de basura, por lo que asumo que la solución más simple es "desaparecerla". De cualquier forma, yo fui responsable por el humo que esa basura generó.

Ya que supuestamente no debería de tomar agua de la llave (aun cuando los locales lo hacen y no parecen tener ningún problema), consumo aproximadamente 12 botellas de agua de 1.5 litros por semana. A las 8 semanas de estar en Togo llevaba 96 botellas. Noventa y seis putas botellas.

Me he dado cuenta de que usualmente justifico el no vivir de una forma mas sostenible y ecológica con el esfuerzo que ese cambio requiere. Aparentemente es más difícil. Pero, ¿Cuando tomó la palabra difícil el significado de imposible? Y ¿Es la dificultad acaso relevante cuando se trata de cuidar el planeta?

Me pregunto, ¿Cuánto más me cuesta hervir el agua de la llave? ¿Cuánto más me cuesta comprar mas seguido en el mercado o aprender a cultivar alimentos para no comprar tanta comida empacada? ¿Cuánto más me cuesta sudar un poco para no prender el aire acondicionado? ¿Cuánto más me cuesta desarrollar nuevos antojos y dejar de comer carne? ¿Cuánto más me cuesta?

Les hago las mismas preguntas a ustedes. ¿Cuánto más nos cuesta? Ya que siempre se trata de lo que nos conviene, hagamos las cuentas. Les aseguro que la respuesta resultará ser nada. Es más, salimos ganando. Y no me refiero al dinero gastado, que por cierto muy probablemente sería menos, me refiero al tiempo. El tiempo que tendremos para disfrutar de la maravilla que es este planeta. El tiempo para explorar, conocer, compartir y aprender. El tiempo para enamorarnos y acompañar a quiénes queremos. El tiempo para cumplir nuestros sueños y seguir soñando y por ultimo y más importante, él tiempo que le dejaremos a los demás.

Tengo la fortuna de tener dos grandiosos padres, una buena educación y muchas oportunidades. Estoy muy agradecido con esta vida que me ha tocado y la seguiré disfrutando todos los días, pero me niego a conformarme con ayudar al planeta solamente con lo que me es fácil o posible en este momento. Ahora mas que nunca es cuando hay que volver lo imposible, posible.